domingo, 15 de agosto de 2010

PELIGRO EN LA SIERRA DE LA CULEBRA

Acabar con la mortandad de ciervos en la Sierra de la Culebra

La mortandad de ciervos en el noroeste de la provincia, principalmente en la Sierra de la Culebra y en cotos de caza limítrofes, se ha convertido ya en un problema social que preocupa a la Junta de Castilla y León, administración gestora del espacio protegido, y a la ciudadanía en general por sus consecuencias cinegéticas, pero también sanitarias y de orden económico.



La Delegación Territorial ha contabilizado ya cerca de un centenar de cadáveres, pero ganaderos y sindicatos agrarios creen que la cifra es mucho mayor y que podría triplicarse. El hecho de que aún no se conozca la enfermedad exacta que causa las muertes es un motivo de preocupación añadido y un elemento que acrecienta la inquietud en la zona afectada.

El Gobierno regional sigue a la espera de conocer los resultados de los análisis efectuados a muestras de venados en el laboratorio nacional de Algete (Madrid). De momento se ha descartado la lengua azul y la enfermedad hemorrágica epizoótica. El propio presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, Juan José Badiola, especialista que conoce muy bien la provincia por la abundancia de casos de «vacas locas» en otro tiempo, tampoco se atreve a dar un diagnóstico y habla de la posibilidad de un problema infeccioso, ya sea vírico, bacteriano o tóxico.

Al no conocerse las causas exactas de la mortandad de ciervos, que empieza a extenderse a la vertiente leonesa de la Sierra de la Cabrera, es muy difícil tomar medidas. La Administración regional, de momento, se ha limitado a recoger los cadáveres para evitar que el problema se extienda y pueda saltar a otras especies.

Precisamente la falta de concreción sobre el origen de la enfermedad, que tuvo sus primeras manifestaciones hace semanas, da pie a la especulación y a todo tipo de rumores, caldo de cultivo que aprovechan aquellos que por intereses particulares han cuestionado siempre la política medioambiental de la Junta.

No es fácil resolver un problema anudado por tantos intereses. Recuerda este conflicto al de los topillos que trajo de cabeza a la Administración regional y a los agricultores de Castilla y León en 2006 y 2007. Las dos crisis se parecen no en el origen, pero sí en la sensación de impotencia que caracterizó la actuación de la Junta en la fase inicial de las mismas. No obstante, a pesar del ejemplo, se han vuelto a repetir los errores que se cometieron entonces y otra vez ha faltado claridad inicial y más información a la ciudadanía que, ante la falta de respuestas oficiales, ha sido bombardeada con comentarios interesados.

La Administración es, por naturaleza, opaca y cauta. Pero todo tiene sus límites y cuando surge un problema con trascendencia social, el ciudadano tiene derecho a saber y a conocer que está pasando, en los términos que en cada momento se conozcan. La Junta parece que así lo ha acabado entendiendo y en este marco hay que situar la reunión del viernes de la junta rectora de la reserva de caza de la Sierra de la Culebra, donde se informó del problema a todas las partes afectadas, incluidas las organizaciones profesionales agrarias.

El director general del Medio Natural, José Ángel Arranz, ha reconocido que la Junta se enfrenta a una enfermedad «no común» y por tanto resulta imprescindible la cautela y la colaboración ciudadana, que también ha pedido en reiteradas ocasiones el delegado territorial en Zamora, Alberto Castro. La mortandad parece que ha cedido en los últimos días y que no se ha extendido a otras especies. Ahora el principal problema es la localización de cadáveres para su retirada, con vistas a evitar un problema sanitario del ganado y de salud pública.
En la zona afectada, según datos de la Consejería de Medio Ambiente, hay una población de cérvidos que oscila entre 4.000 y 5.000 ejemplares, un censo muy grande, sobre todo de hembras, que, según algunos expertos, podría ser la causa de esta crisis provocada por una enfermedad que serviría para la regulación natural de la especie, un fenómeno que se da también entre la población de topillos. Sea como fuere, ahora lo más importante es frenar la sangría, conocer sus causas y limpiar la zona de cadáveres, evitando así todo tipo de riesgo de transmisión a otras especies.

La reserva regional de caza de la Sierra de la Culebra, con 60.000 hectáreas, es el espacio protegido más importante de España como criadero de cérvidos. Lo saben muy bien los cazadores que buscan los mejores trofeos y medallas de oro, aquí con un valor añadido porque los animales se crían en libertad, tras la reintroducción que se efectuó en 1972, y tienen que vivir en competencia directa con depredadores como el lobo. La reserva ha servido también para revalorizar los cotos de su área de influencia y para que sus gestores obtengan mayores beneficios.

Este espacio protegido ha incentivado el desarrollo de la zona y creado riqueza en los municipios de su ámbito, a pesar de que no falten conflictos con ganaderos y otros colectivos con intereses particulares por los daños causados por la fauna silvestre y por las restricciones que lleva aparejadas la figura de protección. En la balanza, está claro que la reserva regional de la Sierra de la Culebra es un patrimonio de mucho valor para la provincia. Por eso hay que acabar cuanto antes con la mortandad de ciervos que está padeciendo.

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