viernes, 10 de mayo de 2013

Un gran hombre, un gran pensamiento.

"Por ello, compañero cazador que, olvidado de tu condición de artesano, de intelectual, de financiero o de político, te sumerges de pronto en la eterna y inmutable tensión del predador ante la presa, piensa que la naturaleza ha impuesto reglas muy severas a cuantos nos hallamos en la cúpula de la pirámide de la Vida. No mates, caza. Porqué no es lo mismo matar que cazar. La persecución, el acoso y la muerte de la pieza, siempre han exigido del cazador esfuerzo físico y agudeza mental. Y en cuanto al ejercicio de la caza contribuya a desarrollar tus músculos y afinar tus sentidos, será para ti una actividad noble y deportiva, regida por la eterna ética biológica. Una sola pieza que te exija una tarde entera de persecución, una penosa espera desafiando al cierzo o un laborioso cálculo de estrategia cinegética, representará más alta conquista y mas provechosa dedicación que cien infelices animales derribados con comodidad y sin fatigas. Porqué no es la cantidad de capturas lo que forma y ennoblece al cazador, sino la calidad de las mismas." 

                                                                                                          Félix Rodríguez de la Fuente.

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