Soñar es gratis, por eso somos cazadores pero ante todo soñadores, todos soñamos con salir a cazar y sentir emociones tan fuertes como ponerse la piel de gallina al oír a un venado romper monte y sentir como llega a romper a nuestro puesto, o ese cochino que fatigado de la persecución de los perros punteros, viene roncando como alma en pena y retumbando los huecos de las jaras haciendo los sonidos mas graves, se te encoge el alma al pensar por donde saldrá, sin saber muy bien como apuntar, o esa perdiz que como un exhalación bate sus alas a nuestra espalda y mas rápido que un lanzador de pesas giramos nuestra cintura, para poder hacernos con ella, aunque su sangre es tan brava que intenta esquivar con sus maravillosos quiebros los tiros tan certeros que intentamos encajarles, o ese cobro dado ya por perdido y nuestro maravilloso amigo y compañero perro se hace con el rastro ya difuminado en la frontera de las jaras, cuando le vemos aparecer con esa liebre perdigonada tan difícil de encontrar, si no fuera por su pasión por traernos la pieza abatida.
Sabéis me hierve la sangre cuando oigo la expresión de algún anticaza y antinaturaleza, "va vosotros los cazadores no tenéis sentimientos"
Que pena si sabéis una cosa cuando abato un maravilloso y bravo animal aunque sea un pequeño zorzal, me gustaría volver a darle la vida para que me volviese a deleitar con tanta bravura, ingenio, astucia, habilidad y sobre todo belleza.
Rebelde.
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